27/12/13

Un nuevo agravio a mi persona

La vida está llena de cosas que cambian. Por ejemplo, este año el madrid puede quedar tercero en vez de segundo. Por ejemplo, izquierda hundida puede sacar más del diez por ciento en las próximas elecciones. Por ejemplo, en vez de subirnos la luz el once nos pueden subir el tres. Las cosas cambian. Pero hay otras que no cambian nunca. Por ejemplo, el salario mínimo, que como su nombre indica debe congelarse para que sea lo más mínimo posible. Salarius mínimum. (¿Está bien escrito, tomás?)

Veloz como el rayo, el poeta me pide que cambie la ese por una eme y escriba salarium. Para justificarlo escribe todo esto, que yo le agradezco: Hola Morgan: Lo primero felices fiestas para ti, tu señora y descendencia. También a la camaradería laíca o atea. En cuanto al latinismo, está mal escrito. Salarius -a, -um, adjetivo es propio de la sal, pero salarium, el pago de la jornada con un puñado de sal, a eso llegaremos como las cosas sigan así, es neutro, ergo: SALARIUM MINIMUM. Un fuerte abrazo.

Cosas que cambian y cosas que no cambian. Un grupo de mafiosos puede cambiar de siglas pero no por eso van a dejar de ser mafiosos. Incluso aunque se quiten las gafas de sol seguirán siendo mafiosos. Y entonces no es de extrañar que sigan haciendo las mismas marranadas con las nuevas siglas que con las antiguas.

A ver si me explico. Que la política es ingrata ya lo sabía. Que en este pueblo es especialmente nauseabunda ya lo voy pillando a poquito a poquito. Esta mañana he tenido una nueva ocasión de comprobarlo. Iba a una reunión con mi amigo luisaragonalcaldepuntocom para ver cómo se distribuían las subvenciones a los clubes deportivos y a los deportistas más brillantes del pueblo.

Con mi despiste habitual he salido de mi casa hacia el estadio, luego ya me he enterado de que la reunión era en el ayuntamiento. Pero este paseo improvisado me ha servido para ver que habían distribuido de forma un tanto apresurada y semiclandestina un documento informativo para que la ciudadanía esté informada de los sueldos y prebendas de los corporativos y sus allegados.

Una vez que me hube agachado e incorporado sin daño importante para mi columna, comprobé la inexactitud del documento. La primera falsedad tiene que ver con las cifras aportadas. Creo que no coinciden para nada con la realidad. La segunda tiene que ver con las personas retratadas en tan preciado panfleto. Hay bastantes que no cobran nada del ayuntamiento. Pero la falsedad más relevante está en las ausencias. Faltan ahí algunos concejales del pepé y del partido ese nuevo, el más. Faltan ahí todos los concejales y allegados del pesoe. No se observa ningún concejal ni amigo de la conveniencia. Pero sobre todo, lo que más me ha indignado es observar que no se hace alusión alguna a mi humilde persona.

Una cosa es que sea un segundón y otra muy distinta es esta manera tan cruel de ningunearme. Y ya es el segundo año que me lo hacen. Yo tengo derecho a estar en esa lista de corruptos junto a mis amigos ferminte, luci, juani e iván. Llevo muchos años pegando carteles, repartiendo octavillas y escribiendo comunicados como para que se me discrimine de esta manera tan infamante.

Yo sé que quienes han hecho esta aportación a la transparencia entienden de corrupción y de mangoneo. Sé que tendrán sus motivos para no haberme incorporado a este elenco de mangantes que hay en el ayuntamiento. Pero me huele a jugada sucia. Ahora con qué cara voy a competir en las secundarias que hagamos para elegir al cabeza de lista. Con toda razón me tratarán de apestado. No aparecer en este documento histórico cercena mis oportunidades de llegar a ser alcalde algún día. Y ya uno tiene su edad.

Espero que quienes lean esta columna convenientemente hagan el favor de rectificar y hagan una addenda. Panfleto número dos se podría llamar. O panfleto convenientemente rectificado. Algo. El título me da igual. Pero, por favor, que me incluyan. Y que me pongan un sueldo alto. Si es posible, como el del jefe del más.

Y cuando hagan el reparto, otra consideración. Repartan por todos los comercios y no discriminen a ninguno. Ya les he contado que esta mañana he estado paseando por el pecuatro por mi despiste sobre el lugar de la reunión. Habían echado panfletillos de esos en todos los bares, tiendas y comercios en general, pero no había ni uno en la tienda esa de las gráficas seximar. Me parece un detalle tan feo como el que han tenido conmigo. Esa gente también tiene derecho a conocer los datos de la corrupción sexitana. Mi amigo juani me ha dicho que eso tendrá una explicación, que a lo mejor a ellos no les han echado esos panfletos porque ya tendrían. Vale, eso es posible, pero aún así no deja de ser una discriminación.

Nosotros, los rojos, hemos quedado para repartir folletos pidiendo que se apague la luz el día 30. Y otros pidiendo que le cobren una tasa a las grandes superficies. Verás como también echamos hojillas en la sevillana y en el mercadona.
Salud     

1 comentario:

  1. Hola Morgan: Lo primero felices fiestas para ti, tu señora y descendencia. También a la camaradería laíca o atea.
    En cuanto al latinismo, está mal escrito.
    Salarius -a, -um, adjetivo es propio de la sal, pero salarium, el pago de la jornada con un puñado de sal, a eso llegaremos como las cosas sigan así, es neutro, ergo: SALARIUM MINIMUM.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar